Los patrones de relación considerados normales por la sociedad no hacen felices a muchas personas porque no se basan en necesidades reales, sino en miedos, en la necesidad de conformarse y en roles estereotipados. En lugar de seguir los patrones habituales, vale la pena hacer la pregunta:
¿En qué tipo de relación puedo ser verdaderamente yo mismo?
El efecto del condicionamiento social
Los medios de comunicación, la educación y el entorno influyen profundamente en lo que creemos sobre las relaciones. Estas pueden convertirse en creencias que seguimos automáticamente sin cuestionarlas.
Si no cuestionamos estos patrones aceptados, podemos fácilmente vivir una vida que no es nuestra. Puede ser útil descubrir qué funciona realmente y qué es sólo una perspectiva tomada de otros. Si reconocemos que tenemos derecho a recorrer nuestro propio camino en las relaciones, tendremos la oportunidad de vivir una vida más libre y más autoidentificada.
6 razones por las que una relación “normal” no funciona:
1. Roles y expectativas predefinidos
Desde el momento en que nacemos, la sociedad nos dicta un determinado patrón de relaciones: matrimonio, hijos, un hogar compartido… y todo ello en un período de tiempo determinado. Estas ideas se han arraigado tanto que muchas personas toman decisiones sin detenerse a preguntarse: "¿Realmente quiero esto?".
Vale la pena darse cuenta de que una relación no funciona porque se ajusta a las expectativas de los demás o a un modelo, sino porque da espacio a necesidades reales.
Los roles predefinidos no ayudan al desarrollo. Por ejemplo, si alguien valora el desarrollo personal, pero las normas sociales dictan que el compromiso es el único camino "aceptable", puede encontrarse fácilmente en una situación en la que experimente frustración. La autoidentidad tiene más que ver con elegir lo que funciona para nosotros, independientemente de las expectativas que los demás o el mundo exterior tengan de nosotros.
2. Pérdida de identidad
Si alguien intenta constantemente adaptarse a las normas sociales, puede perderse gradualmente. La función de una relación es realizarte a ti mismo, no reprimirte. Si esto se deja en un segundo plano, aparecen el estrés y la tensión, pues la relación empieza a perder el papel para el cual fue creada.
Si para ti es importante ser tú mismo en una relación, entonces debes tener cuidado de no renunciar a ti mismo por la otra persona y no ocultarle nada sobre ti. Vale la pena aclarar honestamente quién tiene qué importancia al comienzo de la relación, porque muy a menudo la falta de comunicación honesta causa una tensión interna aparentemente incomprensible. Por lo tanto, los buenos cimientos proporcionan un hogar para relaciones nutritivas y no tóxicas.
3. Relaciones mantenidas por miedo
Muchas personas permanecen en relaciones porque tienen miedo de estar solas o de no ser "lo suficientemente buenos" estando solas. Debido a la presión social, muchas personas sienten que estar en una relación es una prueba de su valor, mientras que su felicidad apenas se tiene en cuenta. Esto a menudo conduce a relaciones que actúan más como una red de seguridad que como una unidad inspiradora y de apoyo.
El miedo no es una base constructiva para una relación porque crea insatisfacción, frustración y dependencia. La autoconciencia te ayuda a procesar los miedos y esto te permite conectarte más libremente.
4. El desarrollo personal pasa a un segundo plano
Los patrones de relaciones tradicionales a menudo sugieren que las relaciones son la parte más importante de la vida. La atención se centra a menudo en los objetivos compartidos y en el futuro, dejando el desarrollo individual parcial o totalmente fuera de escena. Muchas personas sienten que no pueden desarrollarse independientemente en una relación y esto genera tensión a largo plazo.
Vale la pena señalar que el desarrollo personal es una parte importante de una relación (también). El aprendizaje continuo y la experimentación de nuestras verdaderas necesidades no destruyen, sino que construyen, una relación si quienes participan en ella están abiertos a ello y se comunican honestamente entre sí y consigo mismos.
5. Funciona de manera diferente para cada persona.
En muchos casos, las necesidades reales van más allá de lo que la sociedad llama relación. Por ejemplo, algunas personas valoran el compromiso, mientras que otras pueden valorar la soledad o las conexiones no estructuradas. No existe una única manera correcta, pero algo diferente puede funcionar para cada persona.
Vale la pena ser completamente honestos con nosotros mismos, porque sólo nosotros podemos saber lo que realmente queremos. Cuanto más nos involucramos con nosotros mismos, más claramente podemos percibir hacia dónde queremos ir en la vida y cuál es nuestro verdadero propósito: aquí en la Tierra.
6. La falta de cambio mata una relación
La vida es un cambio constante. Si una relación no es capaz de cambiar con las circunstancias de la vida y el crecimiento personal, puede estancarse. El entusiasmo inicial puede desvanecerse y la relación puede volverse estática y aburrida, conduciendo eventualmente al alejamiento.
Las relaciones saludables son flexibles y permiten espacio para el crecimiento tanto individual como compartido. Si ambas partes están abiertas al cambio y dispuestas a adaptarse a nuevas situaciones, la relación puede seguir siendo vibrante e inspiradora.
¿Cómo crear una relación que funcione para ti?
Una relación realmente funciona cuando la construyes de acuerdo a tus propias necesidades y valores, no en base a expectativas externas. Es importante que:
- Sé honesto contigo mismo y con los demás.
- Permitir el cambio y el desarrollo
- Date cuenta de que una relación no es una obligación, sino una elección.
Resumen
No tienes que vivir en una relación estereotipada si no te hace feliz. Las relaciones funcionan cuando brindan libertad, no restricciones.
Cuando una relación se basa en el respeto, la confianza, la honestidad, la vulnerabilidad y apreciación, entonces ambas partes pueden ganarse la vida libremente sin ser juzgadas por ello. Un espacio libre de juicios es donde comienzan las verdaderas conexiones.
Las relaciones no están ahí para llenar un vacío dentro de ti, sino para inspirar el crecimiento.