Un sentimiento de éxtasis nos invadirá cuando conozcamos a alguien que posee las cualidades que hemos perdido, regalado o nos han quitado. El ser de esa persona llena el vacío interior y podemos sentir que finalmente estamos “completos”.
Haríamos cualquier cosa para mantener vivo ese sentimiento. Esta es la clave para entender qué sucede cuando nos sentimos atraídos magnéticamente por otra persona, aparentemente sin ninguna razón en particular.
La verdadera razón de la atracción
Cuando encontramos las piezas “faltantes” en los demás, nos sentimos poderosa e irrestiblemente atraídos hacia ellos. Podemos incluso llegar a pensar que los “necesitamos” en nuestras vidas, hasta que recordamos que lo que los hace tan atractivos alguna vez estuvo dentro de nosotros.
Él sólo está durmiendo ahora.
Si nos damos cuenta de que todavía tenemos estos dones, podemos traerlos de vuelta a nuestras vidas. Si esto tiene éxito, de repente nos damos cuenta de que ya no nos sentimos tan fuertemente atraídos por la persona que reflejaba esos rasgos nuestros.
No es la otra persona la que crea este sentimiento en nosotros sino nosotros mismos. El fuego, la alegría y la energía que sentimos con él somos en realidad nosotros. Son partes “perdidas” de nosotros mismos que queremos recuperar.
La reunión
Cuando conozcas a alguien que despierte en ti una sensación de familiaridad, sumérgete en el momento.
Algo raro y precioso está sucediendo:
Encontraste a alguien que tiene las piezas que estabas buscando. A menudo, esta experiencia es bidireccional, ya que la otra persona se siente atraída por ti por la misma razón.
Empiece a hablar, sobre cualquier tema, siempre y cuando mantenga el contacto visual.
Y mientras tanto, plantéate esta pregunta:
"¿Qué veo en él que se me ha perdido, que se me ha regalado o que me han quitado?"
Recibirás la respuesta casi de inmediato. Podría ser algo muy simple, como una revelación o una voz interior que reconoces porque ha estado contigo desde la infancia. La respuesta suele ser una sola palabra o una frase corta.
Perspectivas más profundas
Tu cuerpo sabe lo que tiene significado para ti. Quizás simplemente reconozcas una belleza que sientes que actualmente te falta. Puede que te cautive su inocencia mientras camina con gracia entre los estantes de las tiendas, su confianza al realizar sus tareas o simplemente la vitalidad que emana de ella.
Unos pocos segundos, como máximo unos pocos minutos, son suficientes para el encuentro. Estos breves segundos crean una oportunidad para sentir la felicidad y la emoción del momento. Esto eres tú, encontrando algo en otra persona, algo que ya es tuyo: sientes como si hubieras despertado.
"Encontramos la plenitud dentro de nosotros mismos cuando los demás reflejan nuestra verdadera naturaleza".
En estos sentimientos encontramos las cosas que queremos poseer, aunque estén con nosotros, aunque estén cubiertas por una máscara.
Con la máscara creemos que somos. Esto es natural. Humano.
Entender lo que tus sentimientos hacia los demás realmente revelan sobre ti te brinda la herramienta para descubrir tu mayor fortaleza.